Halloween. Esa maravillosa y corta fiesta que cada vez gusta a más gente. Uno se pasea por la calle estos días y es feliz: que si hojitas marrones esparcidas por el suelo, que si lluvia, que si fresquete, que si decoraciones chulas por doquier. Creo que seríamos más felices si las Navidades durasen un día y Halloween dos semanas y media, ¿a que sí? Pero por desgracia lo bueno siempre es breve y esta fiesta pasa volando. Pero tranquilos, porque para disfrutar del maravilloso día de los muertos (o no muertos, como le guste a cada uno), os traigo un catálogo de las maravillas cinematográficas del terror para verlas mientras disfrutais de nuestros riquísimos aperitivos y Patatas Fritas La Montaña. Terroríficamente buenos!!
Os lo dividiré en dos partes, para que no os muráis de la hartura de una sola vez. Y también obviaré las películas de zombis, porque Tote ya se ha encargado de analizarlas exhaustivamente. Dicho esto, empezamos con la primera parte del compendio.
LOS IMBATIBLES SLASHERS
Como no podía ser de otra manera, la retahíla de recomendaciones tiene que empezar por el género que probablemente nos haya marcado más a todos: el slasher. O lo que es lo mismo, el género de los asesinos de sagas que no mueren nunca, están en todas partes a la vez y les encanta ir primero a por la más buenorra del grupo. No saben nada estos…
La competencia que hay en este género es abismal y merecida; cuesta elegir una saga sobre las demás. Sin embargo, si hay una que marcase la cultura popular y el punto culminante de la hegemonía del slasher, esa sin duda creo que es Pesadilla en Elm Street (1985. Wes Craven). Y no es para menos. Freddy es un villano memorable, conocido por todos y que ha envejecido increíblemente bien. Tan, tan bien que, viéndolo con ojos de adulto y no de niño atemorizado, te parece el tío más carismático y hasta gracioso del género. Os recomiendo especialmente las primera y la tercera.
Pero con Freddy Krueger no termina la cosa, porque aunque su saga marcase el terror ochentero, no hay que olvidar aquella que hizo grande el slasher noventero: Scream (1996. Wes Craven). Los icónicos Ghostface y Sidney Prescott marcaron una generación y merecen un altísimo lugar en este top.
Para terminar mi corazoncito me obliga a recomendaros unamaravilla bastante más extraña: Hellraiser (1987. Clive Barker). Las idas y venidas de Pinhead y sus cenobitas no son del gusto de todos, pero os la recomiendo al cien por cien si queréis un slasher atípico. Además, el sello de calidad de Clive Barker nunca falla. Si os gusta la primera corred a ver la segunda, que es la continuación directa de la primera historia.
PSICÓPATAS REALISTAS
Si hay algo más temible que un psicópata “con poderes” es un psicópata que te puedas encontrar a pie de calle; un ser trastornado totalmente imprevisible. Y creo que no habrá ningún debate en estas recomendaciones, porque Se7en (1995. David Fincher), El silencio de los corderos (1991. Jonathan Demme) y Misery (1990. Rob Reiner) no tienen rival. No diré nada sobre la primera- si aún no la habéis visto, es mejor hacerlo sin saber absolutamente nada – pero tanto Hannibal Lecter como Annie Wilkes son tan terribles como atrayentes. Corred a verlas, insensatos.
SI QUIERES CON TU FAMILIA REÑIR, ECHA ALGO A REPARTIR
Os voy a ser totalmente sincera: a mí las películas de seres que
matan gente en grupo me encantan. Ya se trate de familias o de grupos de amigos/compañeros/seres del averno unidos por sus taras. Me encantan y me acojonan a partes iguales. Es que si no te sale uno
por una esquina, te sale otro por otra y claro, así es imposible escapar. Y si la familia o el grupo vive en el sur de Estados Unidos, rodeados de la más absoluta nada, ni os cuento. Así que dentro de esta categoría no podía dejar de recomendaros las tres películas que mejor encajan en esta descripción, que son Las colinas tienen ojos (2006. Alexandre Aja), La casa de los mil cadáveres (2003. Rob Zombie) y La matanza de Texas (2003. Marcus Nispel. La de la Biel, vamos). Si os apetecen películas que apesten a adolescentes perdidos por el sur, apuntároslas.
CASQUERÍA A RAUDALES
Esta categoría me ha dado algún que otro quebradero de cabeza, si os digo la verdad. Claro, es que realmente la mayoría de las películas de terror tienen escenas sangrientas y violentas, así que no sabía muy bien qué incluir aquí. Por eso he decidido hablaros de las películas centradas en la tortura, el dolor y la sangre. Y, como me imagino que habréis adivinado, primero os voy a recomendar Saw (2004. James Wan) y Saw 2 (2005. Darren Lynn Bousman). Son amenas, angustiosas y con un final tremendo, sin dejar de lado la casquería. También os aconsejo la saga Hostel, pero más Hostel 2 (2007. Eli Roth) que la primera. Yo la prefiero; es más directa, no se entretiene contando tonterías y explica más y mejor cómo funciona todo ese entramado. Y las torturas son mucho mejores.
MONSTRUITOS PARTE 1: LOS CHUPASANGRE
Después de haber desmigado mínimamente las películas de gente
trastornada que hace el mal, es hora de hablar de uno de los subgéneros más divertidos de todos los ámbitos, ya sea cine, literatura o lo que sea: el de los monstruos. Y qué mejor forma de inaugurarlo que con los vampiros y encima con recomendaciones variaditas, para que no os aburráis. Para empezar, hay que ver sí o sí Drácula, de Bram Stoker (1992. Francis Ford Coppola). Es buena y además tiene ese toque de terror gótico perturbador (la escena de la pelirroja en el jardín es tremenda). Luego ya pasamos a los vampiros “graciosos” y sureños de Abierto hasta el amanecer (1996. Robert Rodríguez) y por último os doy a elegir entre dos que recuerdo con muchísimo cariño: Blade (1998. Stephen Norrington) y Vampiros, de John Carpenter (1998. John Carpenter). Tal vez estas dos últimas no sean las mejores, pero entretienen como ellas solas. Desde luego, está claro que los vampiros noventeros son los mejores.
MONSTRUITOS PARTE 2: LUPUS DEI
Anda que no me revienta a mí que de vampiros haya auténticas maravillas y de hombres-lobo haya que husmear a fondo para encontrar algo decente. Pero bueno, aunque haya costado, os traigo tres genialidades. La primera es Ginger Snaps (2000. John Fawcett), un icono del género y una verdadera maravilla para haberse hecho con cuatro duros. La segunda es Lobo (1994. Mike Nichols), protagonizada por el inigualable Jack Nicholson y la última es La Maldición (2005. Wes Craven). Aunque las tres giren en torno a lo mismo- cómo cambia el protagonista al convertirse en un hombre-lobo- cada una sigue su propio camino y cada personaje actúa de una forma diferente. Es más, lo importante de estas películas no es la maldición en sí, sino esas relaciones que van cambiando a partir de ella. Pongo la mano en el fuego por las tres.
Ginger Snaps tiene dos secuelas. No están del todo mal y las tres están relacionadas entre sí- incluso las protagonistas son las mismas- pero con que veáis la primera yo me doy por contenta.
MONSTRUITOS 3: BRUJAS PIRUJAS
Si hay algo por lo que destaque este subgénero respecto a los demás
es por los diálogos. Las brujas son desde luego los monstruos más mordaces e irónicos que puede haber. Y para honrarlas como es debido, mi podio lo ocupan tres homenajes en toda regla. Dudo que haya debate en cuanto a la elección de estas películas, porque las tres se lo merecen. Las Brujas (1990. Nicholas Roeg) es tremenda, con esa Angelica Houston que te pone los pelos como escarpias a la hora de transformar niños. Jóvenes y Brujas (1996. Andrew Fleming) nos pilló a muchos en la adolescencia y nos fascinó. ¿Quién no quiso en su día ser una bruja repudiada por el instituto, que pudiese manejar los puntos cardinales con sus amigas? Y por supuesto no podía faltar El retorno de las brujas (1993. Kenny Ortega) porque es de las mejores maravillas jamás creadas: las hermanas malas malísimas, el zombi majo, el prota virgen, Sarah Jessica Parker guapa por única vez en su vida… Vamos, que han pasado 22 años desde su estreno y muchos nos la seguimos sabiendo de memoria. Por cierto, a ver cuándo la vuelven a poner en la tele, que ya tardan.
MONSTRUITOS PARTE 4: ESPECTROS POR DOQUIER
Ahora sí que es complicado elegir, porque la mayor parte de las
películas de terror pertenecen a este género. ¡Es que aquí está medio cine de terror! ¿Posesiones humanas? Fantasmas. ¿Casas malditas? Fantasmas. ¿Muñecos que hacen cosas raras? Fantasmas. ¿Fantasmas? Fantasmas. Así que para escoger he recurrido a la fórmula que nunca falla: si me sigue dando un cague tremendo, a pesar del tiempo que tenga, debe subir al podio. Y gracias a esta sencilla y eficiente fórmula me he quedado con Poltergeist (1982. Tobe Hooper. La buena, vamos), The Ring (2002. Gore Verbinski) y La morada del miedo (2005. Andrew Douglas), basada en los sucesos que ocurrieron en la casa tan famosa de Amityville. Vamos, un poco de todo: fantasmas tocapelotas, películas encantadas y casas malditas… ¿Que por qué The Ring y no Ringu? Porque la japonesa me gustó más bien poco. ¿Que por qué ese remake en concreto de Amityville? Porque la parte de la canguro y la escena del espejo son para cagarse de miedo… bueno, vale y porque sale Ryan Reynolds sin camiseta media peli.
Y debo hacer otra mención especial a una película que guardo en mi “corasonsito” y siempre guardaré: Stigmata (1999. Rupert Wainwright). Las noventadas con Patricia Arquette son mucho mejores.
MONSTRUITOS PARTE 5: SERES RANDOM
Bueno, por si no se nota, esta súper categoría del hiperespacio me la he sacado de la manga. Pero es que quería hablar de estas películas sí o sí. Y como no sé dónde encajar estos seres pues los meto aquí y me quedo tan ancha. Pero las películas molan, fiaros de mí. El tren de la carne de medianoche (2008. Ryuhei Kitamura) es una película poco conocida pero tremenda, que trata sobre Leon, un fotógrafo obsesionado con encontrar a un asesino en serie que atemoriza el metro de Nueva York. La película está basada en una historia corta del mismo nombre de Clive Barker, que además produjo la cinta, así que es totalmente fiel al libro. Seguro que os encanta. Las otras dos recomendaciones son más conocidas: The Faculty (1998. Robert Rodriguez), que tenía que estar en algún ranking por narices y la tremenda Jeepers Creepers (2001. Victor Salva), que aunque de pequeña no me gustó una mierda, de mayor me ha convencido (ese final sigue ahí, clavado en mi memoria, matándome del horror).
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