En nuestro país la cultura de bar está muy arraigada. Barra o terraza, sin o con espuma, copa o jarra, aperitivo o prefiesta… Aunque cada uno tiene sus gustos y costumbres, todos los españoles coincidimos en una cosa: no hay nada como una buena cerveza.

Quedar para tomar unas birras es el recurso estrella cuando quieres hacer algo pero no se te ocurre ningún plan ingenioso. Porque sabes que un “vámonos de cañas” suena atractivo siempre. Sí, de cañas, aunque luego te pidas otra cosa, pero en España decir “vámonos de refrescos” sería pecado.

Salir, al menos una vez a la semana, a beberse unas cervezas es un imprescindible en la vida social española. Y no nos limitamos sólo a beber la cerveza, sino que vivimos y disfrutamos con los cinco sentidos cada uno de sus sorbos. Pero siempre con moderación, por supuesto.

¿Nos vamos de cortos?

El tapeo no es tapeo sin una caña que le acompañe. Nos gusta disfrutar de la comida con una cerveza bien fresquita. Al más puro estilo de vida mediterráneo. Pero esta afición compartida también provoca un dilema común: ¿cómo debo pedir una cerveza para que no haya equivocaciones?

Seguro que alguna vez has pronunciado inocentemente las siguientes palabras: “un botellín, por favor”. Obteniendo por respuesta un “lo siento, sólo tenemos tercios”. En ese momento te das cuenta de que, a pesar de años de entrenamiento, aún no dominas la jerga cervecera.

Caña, corto, quinto, zurito o tercio, son algunos de los nombres utilizados para denominar a la popular bebida a lo largo de la geografía española. Dependiendo del formato con el que queramos deleitarnos y de la zona del país en la que nos encontremos, un acto tan sencillo y cotidiano como pedir una cerveza, si no se hace de la forma adecuada, puede convertirse en una auténtica odisea.

Para ayudar a los consumidores a que puedan degustar una cerveza en condiciones, en cualquiera de los 270.000 locales de hostelería que hay en España, la asociación Cerveceros de España ha creado el mapa cervecero español, en el que se recogen algunas de las formas más usadas a la hora de pedir esta bebida fermentada. ¡Toma nota!

Mapa cervecero español

 

LOS NOMBRES MÁS UTILIZADOS

Caña

Es el formato por excelencia. Se puede pedir una caña en prácticamente toda España, pero no siempre servirán lo mismo. Eso sí, siempre será de grifo.
 Mientras que en zonas como Madrid la medida del vaso es de 200 ml, en otros lugares el tamaño es superior. Así, si un vasco quiere tomarse los 350 ml de una caña vasca en Madrid, tendrá que pedir un doble, que es la medida más parecida.

Corto, zurito o penalti

Los castellanoleoneses suelen irse de cortos. En provincias como Valladolid o Salamanca la cerveza de grifo se sirve en vasos más pequeños que el de la tradicional caña. Estos se conocen como cortos y normalmente su medida oscila entre 100 y 140 ml. Pero, cuidado, en Galicia un corto es la caña de toda la vida, en el País Vasco es mejor llamarlo zurito y en Aragón penalti.

Doble

Partiendo del hecho de que la caña de 200 ml es el formato por excelencia, 400 ml debería ser la medida oficial del doble, pero no siempre es así. Para obtener 400 ml de cerveza, por ejemplo, en el País Vasco sería necesario pedir un cañón.

Botellín o quinto

En lo que a la denominación de las botellas de cerveza de 200 ml se refiere, España podría ser de quinto o de botellín, siendo este primero el más popular en el noroeste del país.

Los dos nombres, tienen una explicación sencilla, se trata de la botella más pequeña en la que se sirve la cerveza (botellín) y es la quinta parte de un litro (quinto). Y quien sea madrileño sabe que en la jerga castiza también está aceptado el botijo.

Tercio

De las botellas servidas en bares y restaurantes, es la más grande. La mayor parte de los españoles es lo que piden cuando quieren que les sirvan un tercio de litro de cerveza. Ahora bien, en Asturias o Cantabria es mejor decir una media y en Cataluña una mediana.

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