En pleno verano, descubrir las mejores playas de España es una tarea obligada para todos los amantes del turismo de sol y playa. Eso sí, no te olvides de llevarte nuestras patatas y aperitivos #LaMontañaGourmet para pasar un día perfecto de playa!
Tranquilas o bulliciosas, con fuerte oleaje o con aguas calmadas y cristalinas, ideales para ir de picnic familiar o enclaves en plena naturaleza en los que disfrutar de la soledad… Las playas españolas se preparan para el verano y despliegan sus innumerables encantos. Las hay para todos los gustos.
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Playa de Ses Illetes (Formentera, Islas Baleares)
Esta playa virgen y de dimensiones no muy grandes está situada en el punto más al norte de la isla, dentro del Parque Natural de Ses Salines d` Eivissa i Formentera. Además, la zona de Illetes presume de innumerables opciones de ocio: deportes acuáticos, restaurantes, quioscos… Quienes quieran visitar la playa en vehículo a motor deben abonar una tasa a la entrada del camino. Los viandantes y las bicis pueden pasar de forma gratuita.
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Playa de las Catedrales (Lugo, Galicia)
Le debe su nombre al conjunto de acantilados que, esculpidos por el viento y el mar, forman varias bóvedas y arcos que recuerdan a un templo. Si está pensando en dar un paseo por esta espectacular playa, hágalo cuando la marea esté baja. Aunque siempre se puede disfrutar de las vistas desde los miradores que hay sobre el acantilado. Necesario reservar con antelación en temporada estival y Semana Santa.
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Playa de Rodas (Islas Cíes, Galicia)
Aguas cristalinas y arena blanca en un paraje natural inigualable. Y no, no estamos hablando del Caribe, sino de la playa más grande del Parque Natural de las Islas Cíes.
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Cala Macarelleta (Menorca, Islas Baleares)
La Cala Macarelleta es la hermana menor de otra cala que está justo al lado, la Macarella. Su arena es fina y blanca, y las aguas de un azul turquesa difícil de superar. Se trata de una playa bastante frecuentada por nudistas. Toda una auténtica postal menorquina.
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Playa de la Concha (San Sebastián, País Vasco)
En perfecta sintonía entre el entorno urbano y la naturaleza. Con su forma de media luna, se convierte en el enclave ideal para disfrutar de un día de playa acompañado de una gastronomía envidiable.
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Playa de Zahara de los Atunes (Cádiz, Andalucía)
Dicen que desde esta playa andaluza se puede contemplar una de las puestas de sol más espectaculares de todo el planeta. Si el hambre aprieta, puedes disfrutar de una larga línea de chiringuitos con manjares como las tortillitas de camarones o las puntillitas.
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Playa del Silencio, (Cudillero, Asturias)
Con una extensión de unos 500 metros, su corta amplitud y su arena de cantos rodados le otorgan un carácter sobrio. Esta playa impresiona con sólo contemplarla. Y si bien es cierto que sus características se salen de las típicas playas que se ofertan en las revistas de viajes, es una de las más singulares de la Península. Un enclave destinado a disfrutar de la soledad y el silencio.
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Playas de Cullera, Valencia (Comunidad Valenciana)
Una de las zonas de playa más solicitadas y populares de Valencia, como es el caso de las de San Antonio y Racó. Para los que busquen adrenalina, se trata de uno de los mejores puntos para para practicar deportes acuáticos, como el buceo en la Playa del Faro.
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Playa de Itzurun (Zumaia, País Vasco)
Un escenario irrepetible cercano a la ermita de San Telmo. Se dice que sus aguas, con una alta concentración de yodo, tienen propiedades beneficiosas para la salud.
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Playas de Laredo, Cantabria
El municipio cántabro de Laredo alberga kilómetros de arenales entre las playas de Salve, el Regaton y el Puntal. Una buena elección para pasar un día en familia o amigos y sobrevivir al calor veraniego. Y para los más valientes, la cala el Aila, de tipo rocoso. Con un acceso algo complicado y un oleaje intenso, no es una playa apta para todos.
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Torimbia, Asturias
Rodeada de naturaleza, esta playa en la localidad de Niembro (Llanes), sufre de un fuerte oleaje, que en ocasiones requiere de mucha cautela. A pesar de ello, su arena blanca y fina y sus aguas cristalinas atraen cada año a miles de turistas.
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Meñakoz (Vizcaya)
A sólo 30 kilómetros de Bilbao, y entre los acantilados de Uribe Kosta, se encuentran algunas de las olas más codiciadas para los surferos. La playa de Meñakoz (Barrika, Vizcaya) es sólo apta para los deportistas de alto nivel, pero es recomendable dar un paseo por su arena y contemplar a los valientes que aceptan el desafío. Para los que todavía no estén preparados, a sólo unos metros se encuentran las playas de Sopelana, con olas más accesibles.
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Playa de Maspalomas (Islas Canarias, Gran Canaria)
Esta reserva natural en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, al sur de la isla de Gran Canara (Canarias), ofrece kilómetros de majestuosas dunas de arena suave, fina como el polvo. Un paseo que puede acabar con un chapuzón en sus apetecibles aguas.
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Playa de Bolonia (Cádiz, Andalucía)
En el término municipal de Tarifa se encuentra una de las playas más reconocidas en las postales españolas: la de Bolonia. Con una longitud de casi cuatro kilómetros, esta playa virgen merece una visita. Además, en los alrededores están las ruinas de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia.
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Playa de los Muertos (Almería, Andalucía)
Situada en el término municipal de Carboneras (Almería). Su acceso no es de los más sencillos, pero merece la pena bajar por sus estrechas escaleras con la sombrilla al hombro para disfrutar de un día veraniego. Su nombre se debe a que, debido a las corrientes que imperan en la zona, los cadáveres de los náufragos aparecían siempre en esta playa.
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