1) PATATAS FRITAS DE BOLSA LA MONTAÑA GOURMET

 

Número uno indiscutible. Me pueden las patatas de bolsa, y más si son La Montaña Gourmet. Es prácticamente imposible ver una buena peli en casa, tomarse un aperitivo o acompañar un refresco sin tu plato de patatas fritas La Montaña Gourmet  correspondiente.

2) QUESOS

¿He dicho peli sin patatas?? Quería decir peli sin patatas de bolsa ni tabla de quesos. El queso preside la cúspide sagrada de mi pirámide alimenticia y es que es ver una tabla de madera con quesos ricos y ummmmm!!

3) SNACKS DE AEROPUERTO

Viajar es pasar horas muertas en una terminal y pasar horas muertas en una terminal se traduce en leer y comer. Que podríamos comer un sandwich vegetal de la cafetería (sí, podríamos) pero… ¿quién narices quiere un sándwich vegetal envuelto en un frío film transparente cuando puede asaltar una máquina de vending? (sí, esas que inventó el diablo) Podríamos pasarnos horas hablamos de los snacks de aeropuerto pero hay uno por encima de todos ellos, Oreo. Maldita sea tu estampa.

4) CACAHUETES LA MONTAÑA GOURMET

cacahuetesTengo amigos que son auténticos talibanes de los pistachos (rozan el sectarismo); también las olivas y los tramusos tienen su fondo norte. El mundo del aperitivo, que es insondable. Pero tienen los cacahuetes La Montaña Gourmet, varias características que los hacen imbatibles: hay que pelarlos (tan de conversación), son relativamente masticables (esta va por ti, pistacho) y en Canarias se dice que tienen efectos afrodisíacos. Cuidadín con los manís.

5) CHAMPÁN o VINO o cerveza

Queso o Vino y champán. Amigos y champán.  Menú degustación y champán. Creedme, hastadesayunaría con champán todos los días. No lo hago porque tengo madre y porque acabaría mis días en soledad con diez gatos, cientos de vinilos de Coltrane y una colección de batines de seda con estampados de Brunschwig & Fils. Y no es plan. Aquí, mis tres champagnes de cabecera.

6) MAXIBON COOKIE

Y siempre, siempre, siempre empezando por la parte del chocolate. Dejando la galleta para el final.

7) PANTERA ROSA

Esa bazofia industrial se grabó a fuego en nuestra nostalgia gastronómica y no hay manera de sacarla de ahí. La cuestión es que hace años que no la pruebo pero cada vez que piso una gasolinera siento una punzada en el corazón. Un pequeño diablejo gordinflón que asoma en mi hombro izquierdo (nadie en el derecho) y me insulta. Me grita “¡pusilánime!”, “¡soso!”, “¡gallina!”, “McFly”, “Co co cocoocococo” y me planta una Pantera Rosa en el mostrador. Así tal como lo cuento.
8) CUARTO DE LIBRA CON QUESO

Con Coca-Cola light (sí, qué pasa) grande, patatas grandes, McNuggets y salsa agridulce. Hace cuatro años juré puño alto y con la voz muy fuerte que nunca volvería a pisar un McDonalds. En serio, así fue. Pues ahí estaba yo el día tres de enero (culpable!) zampándome un menú gigante antes de la sesión de tarde de ¡Rompe Ralph! Sesión con palomitas, por supuesto.
9) PALOMITAS

Lo dicho. Cine es cine con palomitas y este punto no es discutible. Que también es posible que en este Top 9 debieran estar los nachos con queso de Kinépolis (muy posible, de hecho) pero es que cine es palomitas. Siempre. Y pese a que en las dos últimas pelis sufrí un desagradable arrinconamiento cultureta (tanto en The Master como en Zero Dark Thirty era el único con palomitas) yo ahí, erre que erre. Ñam.

Gracias a Dios, no soy yo muy de chocolate. Que intuyo (es más, lo sé) es el Gastro Gluilty Pleasure de más de una lectora. Y de más de dos, también. En todo caso, no os cortéis:

¿Cuáles son vuestros?